Nueva York, Diciembre 26 de 2023. Durante la primera mitad de diciembre, la Misión Permanente de Colombia ante la ONU participó activamente en dos importantes debates abiertos convocados por Ecuador en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El primero tuvo lugar el pasado 7 de diciembre, y abordó los desafíos crecientes y nuevas amenazas a la paz y seguridad internacional que representa la delincuencia organizada transnacional. Colombia señaló que este problema está relacionado con la violencia, la inseguridad, la violación de los derechos humanos, la corrupción y el daño ambiental en muchos lugares del mundo, incluyendo la región latinoamericana y caribeña, y que afecta el buen funcionamiento de las instituciones estatales y democráticas.
La Misión de Colombia hizo énfasis la necesidad de replantear el enfoque punitivo de la estrategia tradicional de combate al narcotráfico que, como lo demuestra la evidencia empírica, ha sido un fracaso rotundo. Las estrategias ancladas en la guerra contra las drogas no solamente son ineficaces frente a una producción de sustancias de uso ilícito y una demanda global que van en aumento, sino que además afectan desproporcionalmente a mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y campesinos y sectores vulnerables. Mientras tanto, las redes criminales de la delincuencia transnacional continúan operando.
El Gobierno del presidente Gustavo Petro ha creado y está implementando una nueva política de drogas desde un enfoque de seguridad humana. Las prioridades de esta nueva política son el cuidado de la vida y del ambiente, la primacía de los derechos humanos, la consolidación de la paz y el compromiso de asfixiar las fuentes de financiación de las estructuras criminales, incluyendo el tráfico de drogas, de armas, de especies exóticas, la trata de personas y el contrabando de bienes comerciales. Dentro de esta estrategia, el lavado de activos tiene una importancia central.
Por último, Colombia señaló que el crimen transnacional organizado, como fenómeno desterritorializado, exige una responsabilidad común y compartida. La comunidad internacional debe comprometerse con miras a evitar que los mayores costos y consecuencias de las actividades delictivas, así como su combate, recaigan en unos pocos países y sus poblaciones.
El segundo debate abierto se realizó el 15 de diciembre y abordó el tema de las amenazas para la paz y la seguridad que representan el desvío, el comercio ilícito, y el uso indebido de las armas pequeñas y ligeras (APL) y de sus municiones. Colombia enfatizó que el comercio ilícito de APL, su acumulación excesiva, su desvío a destinatarios no autorizados, y su uso indebido continúan siendo una preocupación y una amenaza a la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible y la estabilidad mundial.
El último informe del Secretario General de la ONU señala que la disponibilidad generalizada y el uso indebido de esas armas, y sus municiones incide en los índices de delincuencia, violencia de género, violaciones a los derechos humanos y al DIH, y profundiza las hostilidades y la prolongación de los conflictos. En ese sentido, Colombia anotó que la dimensión global de este problema requiere fortalecer la acción coordinada, la asistencia y la cooperación internacional para hacerle frente.
Así mismo, Colombia resaltó la importancia de la implementación del Programa de acción para prevenir, combatir y eliminar el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos y del instrumento de localización, y también celebró la adopción del Marco global para la gestión de las municiones convencionales durante toda su vida útil, así como de otros instrumentos e iniciativas en la materia. Son muchos los desafíos actuales y emergentes que se deben abordar con celeridad, integrando estos esfuerzos a otros dirigidos a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En este campo se deben fomentar sinergias, y promover la plena, igualitaria y efectiva participación de las mujeres, y el concurso y la cooperación de la sociedad civil.
Por último, recordando que ningún país es inmune al tráfico y desvío de las APL, Colombia resaltó que nuestra acción debe estar guiada por el propósito y la responsabilidad colectiva de reducir el sufrimiento humano causado por ese flagelo. El respeto a la vida y la dignidad del ser humano emana de la promoción de una cultura de paz.
En el marco de su mandato legal, la Misión Permanente de Colombia ante la ONU continúa participando decididamente en los espacios de discusión y trabajo multilaterales en el seno de las Naciones Unidas en Nueva York.
