
Niza, junio de 2025. Entre el 9 y el 13 de junio una delegación colombiana compuesta por funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, incluidas la Embajada de Colombia en Francia y la Misión de Colombia ante la ONU en Nueva York, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y de otras entidades del orden nacional participó en la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3).
Este es uno de los espacios multilaterales más importantes en materia de océanos, y su objetivo principal es hacer seguimiento e impulsar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14: conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos.
En un contexto de dificultades para el avance de este ODS, Colombia se destacó en el foro al informar que el 38% de sus espacios oceánicos, zonas costeras e insulares están protegidos; en línea con la meta fijada por el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, también conocida como meta 30/30. Este resultado es coherente con el liderazgo de nuestro país en las negociaciones multilaterales sobre pesca sostenible, y el futuro instrumento internacional jurídicamente vinculante para eliminar la contaminación por plásticos.
Asimismo, nuestro país se comprometió a avanzar en la restauración de 3.500 hectáreas de manglares para 2028, mediante la coordinación entre el gobierno, Pueblos Indígenas, afrodescendientes, palenqueros, raizales y comunidades locales, incorporando sistemas de conocimiento tradicional y evidencia técnico-científica.
Entre otras iniciativas complementarias en el marco de la Conferencia, el 9 de junio Colombia copresidió junto con Francia, Iraq y Vietnam la Primera Cumbre sobre Deltas del Mundo. Allí, nuestro país subrayó la importancia de proteger los deltas como puentes vitales entre la tierra y el mar. Igualmente, Colombia organizó los eventos paralelos “Ecosistemas marino-costeros como pilares para una economía azul resiliente” y “Conservación comunitaria y gobernanza biocultural para una economía azul inclusiva”.
La Conferencia concluyó con la adopción de una declaración ambiciosa, con importantes llamados a la acción, y en cuya negociación participó activamente la Misión de Colombia ante la ONU en Nueva York.