Señor Presidente:
Quisiera agradecer la iniciativa de China, durante su Presidencia del
Consejo, por la convocatoria de este debate abierto y la nota conceptual que le acompañó (S/2016/306, anexo).
Acciones eficaces e integrales a amenazas como el terrorismo, el extremismo violento y el fenómeno de los combatientes terroristas extranjeros son cada día más urgentes. Todos los días presenciamos como ciudadanos de diferentes países y regiones del mundo combaten en conflictos totalmente ajenos o hacen parte de causas violentas en escenarios lejanos a sus países de origen.
La forma en que recientemente se ha propagado el terrorismo del extremismo violento y de los discursos de odio afecta nuestra capacidad de convivencia armónica y la de las futuras generaciones. Tenemos la obligación inaplazable de construir entornos sociales y culturales en los que no se rinda culto a la violencia.
El terrorismo no puede ni debe asociarse a ninguna religión, etnia, comunidad o nacionalidad, por lo que debemos unirnos para combatirlo de manera contundente y bajo criterios de objetividad.
Todas nuestras acciones deben realizarse bajo un indeclinable respeto por las normas internacionales y el estado de derecho. Esta es la única vía en la que podemos avanzar y así evitar que esta amenaza continúe y se fortalezca en el futuro. Como bien lo mencionó el Secretario General, solo apegados a las normas de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario podemos evitar que las estrategias para combatir este flagelo se vuelvan contraproducentes y generen más afectación a las comunidades que quieren proteger.
Colombia hace parte del Foro Mundial contra el Terrorismo y promueve la adopción, implementación y aplicación de las diferentes convenciones y protocolos internacionales sobre terrorismo y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como un método eficaz de prevenir, sancionar y eliminar el terrorismo bajo una estrecha cooperación.
Los fuertes vínculos entre el terrorismo y las diversas formas y manifestaciones de la delincuencia organizada transnacional, han permitido el fortalecimiento de las organizaciones terroristas en tamaño y alcance. La comunidad internacional debe enfrentar de forma efectiva la economía del terrorismo, haciendo especial énfasis en sus finanzas y en el lavado del dinero producido por sus actividades ilícitas.
El terrorismo, evoluciona todos los días y solo el trabajo concertado de nuestros países y de esta Organización puede ayudar a combatirlo. Como bien lo indica la nota conceptual de la Presidencia la gravedad y trascendencia de un fenómeno como el que nos ocupa hace imperativo que el Consejo de Seguridad sin menoscabo de su papel principal de velar por la paz y la seguridad, privilegie la cooperación con los otros órganos de la Organización, la Asamblea General y la Secretaría, con el objetivo de integrar esfuerzos que conduzcan a su neutralización definitiva y a lograr un clima de paz y seguridad internacional que el mundo requiere para avanzar en otras áreas del desarrollo.
La lucha contra el terrorismo no será del todo exitosa si seguimos careciendo del convenio general sobre el terrorismo internacional. Lograr este convenio nos ha tomado ya muchos años de discusión y la gravedad del terrorismo internacional nos urge a tomar decisiones definitivas por difíciles que estas sean. Con el convenio se lograría complementar los instrumentos ya existentes, resolver las lagunas que aún persisten y fortalecer el marco jurídico internacionalmente vinculante para afrontar este delito.
Colombia reitera la necesidad de privilegiar las consultas abiertas e inclusivas propias de este foro multilateral para lograr la pronta definición del convenio general, y considera que un texto de consenso evidenciaría el compromiso de todos los Estados Miembros a favor de un bien general común, como lo es la eliminación del terrorismo.
Muchas gracias, señor Presidente.