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primer año de Colombia como país miembro oficial de la OCDE

 

Bogotá, 28 de abril de 2021

Apreciado doctor Gurría (Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), querido Ángel, es un honor estar conmemorando este primer año de membresía de nuestro país de la Organización de Cooperación y Desarrollo (OCDE).

Este, sin lugar a duda, ha sido un paso trascendental en nuestra historia y nuestro espíritu de contribuir de manera clara al multilateralismo.

Lo decías ahora, apreciado Ángel, con mucha claridad. Colombia se convirtió en el país miembro número 37 de la OCDE y se convierte, Colombia, en el tercer país de América Latina en alcanzar el privilegio de pertenecer a una organización que diseña y contribuye en la formulación de políticas públicas para el progreso de nuestras naciones.

Ese ha sido un progreso de una política de Estado. Y quiero destacar que en el año 2018 tuve la ocasión de proponer que Colombia considerara el ingreso a la OCDE, lo publiqué en su momento en el diario económico Portafolio siendo yo representante de Colombia en el BID.

Recuerdo como en aquel momento nuestro Departamento Nacional de Planeación empezó el camino solicitando la participación en lo que se conoce como el Comité de Desarrollo de la Organización.

Y recuerdo, también, como después, el Gobierno que estuvo en el periodo 2010-2018, dio pasos, también, acelerados para dar de ese camino la connotación de política de Estado.

Y he tenido la inmensa fortuna y el placer de asumir, también, esta tarea como Presidente. Y, entre el año 2018 y el año 2020, sacar adelante todos los instrumentos del tratado que nos convierte a nosotros en miembro pleno del Congreso de la República, y también de nuestra Corte Constitucional, para que estemos hoy celebrando el primer año formal de membresía.

Y tengo el inmenso honor de haber sido el primer Presidente en ejercicio que se dirigiera a todo el pleno de la OCDE en París, como lo hicimos en el año 2018, apreciado Ángel, donde le dijimos a la Organización lo que significaba para nuestro país la membresía.

Y hoy, más que nunca, no solamente ratificamos que estamos allí para contribuir, sino que, también, Colombia será un miembro activo de esta Organización sugiriendo, aportando y, también, aplicando muchas de las mejores prácticas en materia de políticas públicas.

Me llena, también, de alegría que en el trabajo que se ha venido adelantando –y en esto quiero hacerle un gran reconocimiento a la doctora Marta Lucia Ramírez, a nuestra Vicepresidente– hemos tenido aspectos de carácter transversal en materia de políticas de desarrollo digital, políticas de género, de lucha contra la corrupción y transparencia, políticas sociales, políticas fiscales que hoy tienen no solamente un buen recibo en la comunidad internacional, sino que se han convertido en referentes.

Muchos de estos aspectos, apreciado Ángel, los compartimos contigo, en tu oficina, hace tan solo dos años.

Los desafíos del mundo

Hoy también quiero expresar que el mundo vive uno de los momentos más difíciles y aciagos de su historia reciente.

Quizás, el mundo vive un momento tan desafiante, o inclusive, más desafiante al que se pudo sentir desde la posguerra, después de la Segunda Guerra Mundial.

El mundo ha visto ya que más de 3 millones de personas han fallecido por esta enfermedad.

Hemos visto ya más de 100 millones de personas en todo el mundo que han contraído esta enfermedad.

Y vemos como, mientras adelantamos esta reunión, dice el Director de la (Organización Mundial de la Salud) OMS (Tedros Adhanom Ghebreyesus), que llevamos nueve semanas viendo crecer los contagios y seis semanas viendo crecer las muertes por esta enfermedad en todo el mundo.

Hasta el punto de señalar que el número de contagios observado en la última semana supera los contagios en los primeros cinco meses de la pandemia.

Sabemos que esta enfermedad es retadora porque, como se trata de un virus respiratorio agudo, donde el 80 por ciento de sus portadores pueden ser asintomáticos, la circulación viral se puede hacer cada vez más agresiva y protuberante en virtud de los linajes, cepas y mutaciones del virus.

Y eso mismo es lo que lleva a que las medidas para contenerlo, también, hayan traído cambios y alteraciones profundas en las dinámicas de interacción social. Y, por lo tanto, trayendo, también, efectos económicos y sociales que, como lo ha dicho la propia OCDE, arrojan más de 300 millones de personas en el mundo que han perdido su puesto de trabajo. Y hemos visto, también, retrocesos notorios en materia de pobreza.

Enfrentar una enfermedad que ha logrado colapsar los sistemas de salud más modernos, sofisticados y tradicionales del mundo es, por supuesto, un reto mayor en los países de ingreso medio. Y, por qué no decirlo, aún más en América Latina, donde la densificación de los espacios urbanos en las últimas décadas hace, por supuesto, que esa carga de circulación viral amenace, también, a quienes han estado por años en la informalidad laboral.

Con esto, al ver esta situación estremecedora y desafiante, el año pasado Colombia reaccionó.

Reaccionó con un equipo de trabajo, con un equipo de Gobierno que tenía ante todo el reto, bajo mis instrucciones claras, de mostrarle a la sociedad que no existe un dilema entre la protección de la vida y la salud y el desarrollo económico y social.

Es tan importante proteger la vida y la salud de las personas, como proteger la vida y la salud de los generadores de empleo y de la agenda social.

Si no hay salud no hay desarrollo económico y social. Y si no hay desarrollo económico y social no hay mejor salud.

Gracias al trabajo liderado con esfuerzo, con entrega, por el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla; el Ministro de Salud, Fernando Ruíz; el equipo de nuestra Presidencia de la República, nuestra Vicepresidenta y todos los colegas de Gobierno, el año pasado, al ver la embestida de esta enfermedad, tomamos dos medidas de emergencia económica que nos permitieron a nosotros actuar y lograr metas que eran impensables, inclusive en momentos de nuestra historia reciente.

En el marco de enfrentar esta pandemia, en pocos meses Colombia logró duplicar, duplicar, sus unidades de cuidado intensivo.

Logró desarrollar la mayor expansión de laboratorios jamás vista en nuestro país para el procesamiento de pruebas.

Vimos nacer la estrategia de Prueba, Rastreo y Aislamiento Selectivo (PRASS), de construir protocolos de bioseguridad para casi todas las industrias y sectores de la actividad económica.

Poner en marcha un programa de remuneración al talento humano en salud de primera línea, atendiendo la pandemia.

Saldar deudas históricas, también, de la red hospitalaria. Y hacer la mayor adquisición que se haya visto en nuestro país de material de protección personal para quienes están en el sector de la salud enfrentando semejante adversidad.

Programa social sin precedentes

Y pusimos, también, en marcha un programa social sin precedentes. Un programa social que en cuestión de semanas logró llegar a más de 3,4 millones de familias con el Ingreso Solidario, que constituye una renta básica para atender esta afectación que trae consigo el covid-19 y que fue diseñada para estar vigente, prácticamente, hasta el mes de junio de este año.

Un programa de Protección al Empleo Formal, conocido como el PAEF, que ha subsidiado el salario mínimo en un 40 % o 50 % a cerca de 3,4 millones de trabajadores.

Logramos la cobertura universal en mayores de 70 años con el apoyo del programa Adulto Mayor, de transferencia económica.

Giros extraordinarios de Familias en Acción y Jóvenes en Acción. Un programa de garantías parciales, donde por cada100 pesos el Estado garantiza 90 para que las empresas puedan tener liquidez.

Invertir esa liquidez en la protección de puestos de trabajo y en la reconversión a esta urgente necesidad que es enfrentar el covid-19.

Y aparte de eso, reprogramaciones tributarias, apoyos sectoriales específicos. Y algo que, también, es supremamente importante, activar mecanismos de protección a quienes quedan en la vulnerabilidad de la condición de desempleado.

Estas medidas fueron adoptadas con enorme patriotismo. Y a estas, también, las acompañan medidas de reactivación económica, como ha sido Compromiso por Colombia, un programa que convoca los recursos públicos, privados y públicos privados por más de 40 mil millones de dólares, para generar 2,5 millones de empleos.

Y, adicionalmente, hacer una inversión que va desde la infraestructura hasta la implementación agilizada de la Paz con Legalidad, para llegar a los municipios que históricamente han sido más golpeados por la violencia y por la pobreza.

Este programa está en marcha. Y ahí vemos la combinación de todas estas herramientas que constituyen a todas luces el programa social más grande implementado por gobierno alguno en nuestro país.

Ante ese reto, también, tenemos que mirar hoy y mañana. Muchas de estas ayudas y programas sociales fueron implementadas para estar vigentes, prácticamente, un año o año y medio.

Año y medio, como fue el caso del Ingreso Solidario, previsto para el mes de junio de este año. El PAEF, previsto para marzo de este año, giros extraordinarios, también, para comienzos de este año.

Y hemos visto, también, como la devolución del IVA como herramienta compensatoria de un desequilibrio en ese tributo, ya llega a 2 millones de familias.

Mantener las ayudas sociales en el tiempo

Pero la realidad de este año 2021, doctor Gurria, nos muestra que estas herramientas deben estar vigentes por más tiempo. ¿Por qué? Porque la economía mundial no se ha estabilizado.

Por qué? Porque la pandemia no ha desaparecido y avanzamos con vacunación masiva.

Pero aún los países que son productores de vacunas, como el caso de India y Bélgica, han tenido que verse abocados a los momentos más estresantes de esta pandemia.

Y, por lo tanto, somos hoy conscientes que estas herramientas sociales deben perdurar en el tiempo hasta que logremos la estabilización de la pandemia, hasta que logremos la estabilización de las economías y hasta que nosotros podamos tener toda una adaptación global del sistema de desarrollo a esta embestida de la naturaleza.

Y es muy importante decirlo así, porque muchas personas se preguntan, ¿cuánto durará esto?

Especular es fácil, predecir es muy difícil. Pero, lo que si podemos nosotros decir es que la evidencia que tenemos hoy nos muestra que hasta que todo el planeta no esté a salvo, nadie estará a salvo. Mucho más cuando son decenas de países los que no han podido poner una sola vacuna, aplicar una sola vacuna.

Esa frase de la OMS, de que nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo, quiere decir que tenemos que seguir avanzando en la vacunación masiva.

Pero necesitamos, también, mantener todas las medidas de protección y de distanciamiento.

Que necesitamos, también, seguir adaptando la reactivación a esa cruda y triste realidad en el mundo, porque vemos que hay países que avanzan muy rápido en la vacunación, porque además han sido productores, pero no por ello han dejado de vivir un tercer pico.

Y no por ello, también, han dejado de ver la urgente necesidad de tomar medidas restrictivas que, sabemos, traen efectos económicos y sociales.

Y ante esa realidad, y ante los mismos informes que ha emitido el Fondo Monetario Internacional sobre la situación fiscal del mundo, es evidente que el promedio de deuda (del Producto Interno Bruto) PIB en el año 2021 cerrará a nivel mundial por el orden de 99 %.

Y, por lo tanto, la vacunación masiva, la reactivación segura, son fundamentales para esa estabilización

Pero también adoptar medidas de carácter social y fiscal que protejan a los más vulnerables, para que no tengamos retrocesos en lo alcanzado en materia de lucha contra la desigualdad y en tener finanzas sanas.

Ese es el reto del mundo entero, de Colombia y de muchos otros países. Y por eso, creo yo, que es importante tener claridad que ante lo que puede convertirse en los próximos años en una crisis global de deuda, donde estarán muchos mercados emergentes compitiendo por liquidez para financiar sus proyectos, sus presupuestos y los déficits acumulados, es muy importante mantener la diferenciación a partir del grado de inversión y de la responsabilidad fiscal.

Eso hace necesario estas reformas. Reformas que, claro, son muchas veces impopulares y que generan gran controversia.

Pero, por eso, también, es importante que en estas discusiones se den en democracia, en las instituciones.

Y que, así como hemos tenido consensos para adoptar medidas tan duras, como los aislamientos preventivos en los albores de la pandemia, hoy, también, debemos despojarnos de cualquier sentimiento de ocasión y entender que resolver esto es por el bien de nuestros países.

Puntos de unidad y consensos constructivos

En el caso particular de Colombia yo quiero hacer estas reflexiones. Se necesita construir consensos en el seno de las instituciones.

Consensos constructivos. Y yo valoro el esfuerzo que han hecho distintos sectores políticos y el que han hecho, también, organizaciones del sector privado para aportar a una conversación donde prime el interés de la patria.

Es muy importante señalar que, más allá de las controversias, hay unos puntos de unidad que yo quisiera resaltar.

Hoy sabemos que hay una necesidad en mantener los programas sociales para atender a la población más vulnerable que se necesitan durante un mayor tiempo, justamente, para que nadie se quede atrás y protejamos a los más vulnerables de nuestra sociedad.

Segundo, quiero destacar, también, que hay una gran consciencia en mantener, en proteger nuestra calificación crediticia y nuestro grado de inversión que ha sido alcanzado producto del esfuerzo de políticas de Estado. Y que, por lo tanto, todos debemos caminar en esa dirección.

Quiero, también, destacar que existen posiciones muy claras, generalizadas, para que nuestro país estabilice sus finanzas públicas, porque la estabilidad de las finanzas públicas es la que nos permite seguir materializando la reactivación económica y llevando los proyectos generadores de empleo a las regiones de Colombia.

Las vías terciarias, los proyectos en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), la vivienda, la transición energética, la economía digital, la formación de programadores, las vías terciarias en la Colombia profunda, las grandes autopistas, todos ellos requieren de esa estabilización.

Y también, creo que hay un gran esfuerzo de todos para que podamos construir un programa de austeridad sólido, claro, de corto, mediano y largo plazo.

Y es cierto que se han presentado controversias en torno a muchos aspectos, pero hoy quiero decir que el gobierno aborda esta discusión para llegar a consensos y sin línea rojas, donde nosotros escuchando las posiciones de todos podamos encontrar una solución.

Y donde tengamos claro que en esta conversación debemos fijarnos objetivos. Uno, no encarecer el costo de los alimentos en nuestro país en medio de esta coyuntura.

Los objetivos

Ya se han dado señales claras por parte del Gobierno Nacional, pero también hay reparos que debemos escuchar de manera constructiva, para que, justamente, las medidas que adoptemos de consenso nos lleven a que no se encarezca los alimentos.

En segundo lugar, que tomemos decisiones que nos permitan a nosotros durante estos momentos de estabilización frente a los choques de la pandemia, y con la perspectiva de permitir un mejoramiento de la demanda agregada nacional, que no se genere ninguna afectación en la capacidad adquisitiva de nuestra clase media.

Y, adicionalmente, que tomemos también medidas que nos permitan aumentar y mejorar los ingresos asertivamente sin distorsionar que Colombia se mantenga como un destino para la inversión. Mucho más cuando somos el tercer mayor receptor de inversión extranjera directa en América Latina.

Estos lineamientos enriquecidos, también, por las posiciones de los distintos sectores nos abre el camino para que en la conversación con el Congreso veamos la construcción del consenso.

Y que entre todos en este ejercicio construyamos esa solución para el país dentro del trámite legislativo, sin líneas rojas y pensando en los ingresos que estabilice las finanzas.

Los ingresos, que den las señales correctas a los mercados y que nos permita mantener programas sociales durante el tiempo que sea necesario, para que nuestra población más amenazada por los efectos del covid salga adelante.

En eso quiero agradecerle, doctor Gurría, su apoyo y el de su equipo técnico, porque justamente, usted sabe mejor que nadie, y lo ha dicho, que se viene una especie de torrencial llegada de reformas fiscales en el mundo. Justamente porque, como usted lo decía en una entrevista, siempre con su claridad, el mundo tomó medidas certeras, pero pensando en una duración corta de este fenómeno, quizás amparada en la experiencia que nos dejara el pasado la peste española.

Pero hoy sabemos que la duración de este fenómeno va a ser prolongada. Y, por lo tanto, necesita adaptar las políticas de estado para sortearlas. Y sortearlas manteniendo las redes de protección social.

Quiero, también, destacar que aún en medio de estas vicisitudes la propia OCDE ve el crecimiento para Colombia en este año superior al 5 %. Tenemos que trabajar para lograr ese objetivo.

Mayo, el mes de mayor aplicación de vacunas

Y estamos,también, avanzando en el plan de vacunación masiva. Hemos superado los 4 millones y medios de vacunas.

Y cuando nos comparamos con otros países del mundo y de la región, en el día 60, desde el inicio del programa de vacunación, vemos el buen ritmo que lleva nuestro país

Pero ese ritmo tiene que acelerarse aún más. Y desde ya nos hemos fijado la meta que el mes de mayo sea el mes de mayor aplicación de vacunas hasta ahora, que podamos, también, a finales del mes de mayo, estar iniciando Etapa Tres y garantizar con la llegada de las vacunas, no solamente que crece el plan, sino que el crecimiento se haga sostenible. Y no ratificamos en la meta de vacunar 35 millones de compatriotas en el año 2021.

Quiero, además, expresar que nosotros, doctor Gurría, le hablamos a Colombia de legalidad. Y con resultados hemos alcanzado las menores tasas de homicidios más de cuatro décadas, las menores tasas de secuestro desde que existen esos indicadores.

Hemos avanzado en legislación contra la corrupción y en la protección de distintos sectores de la población. Pero no claudicamos, y seguimos adelante, y vamos siempre por más.

En materia de emprendimiento se ha puesto en marcha el programa de mayor extensión de la conectividad esperando llegar al 70 % de la población con internet de alta velocidad.

Estamos adelantando el mayor programa de formación en América Latina para la cuarta revolución industrial con 100 mil programadores que estarán listos para entrar al mercado laboral en agosto del año entrante. La transición energética más rápida de la región. Y lo mismo en movilidad limpia, en eliminación de trámites, en promoción de la inversión.

Hemos logrado los mayores presupuestos en materia educación históricamente. Y esperamos entregar 12 mil aulas al finalizar nuestro Gobierno. Ya son 203 colegios que hemos construido y mejorado y vamos por más.

Seguiremos avanzando hacia la reforma del sector de la salud para dotarla de más recursos y herramientas.

Y hemos logrado las mayores ventas de vivienda históricas en nuestro país. A eso se suma, también, la inversión en agua y saneamiento.

Y que la Paz con Legalidad se construye ya con más de mil obras en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, y que nos permite, también, decir con certeza y con alegría que llegar a esa Colombia profunda con la mayor inversión en vías terciarias que se haya hecho en los últimos años es, también, un síntoma de la esperanza que empieza a construirse, porque de ahí surge empleo, conectividad y oportunidades.

Y en materia ambiental, hoy ratificamos ante la OCDE, como lo hemos hecho en todos los foros, que vamos a reducir en un 51 % las emisiones de gases efecto invernadero para el año 2030.

Y que transitamos rumbo a la carbono-neutralidad en el año 2050, que esta transición energética, que está movilidad limpia, acompañada por el Pacto Leticia y la Estrategia Global de Protección de los Páramos nos motivan a nosotros, también, para reforestar, proteger, extender las áreas protegidas y sembrar en la cultura colectiva una ética del Siglo XXI, donde está producir conservando y conservar produciendo.

En todas estas políticas públicas estará presente el acompañamiento de la OCDE. Y estaremos compartiendo nuestras experiencias ante la OCDE.

Y me honra, querido Ángel y buen amigo. Tuve la ocasión conocerte hace más de 20 años, cuando yo estaba empezando mi gestión en la junta directiva del Banco Interamericano de Desarrollo.

Siempre admiración y reconocimiento a tu gestión. Siempre, además, aprecio y valoración de esta experiencia que tuviste dentro de tu país como Ministro de Hacienda y como Canciller, o la que has tenido en los distintos foros multilaterales.

Y con esa brillante gestión como Secretario de la OCDE, donde el sentido de hermandad hacia nuestro país, también, hay que reconocerlo hoy al habernos abierto las puertas y confiado en que Colombia tenía todos los argumentos para la membresía plena.

Hoy recibes la Cruz de Boyacá, máxima distinción de nuestro país, por tus méritos, por tu trabajo y por tu gestión. Y en mí, y en este Gobierno tendrás siempre amistad aprecio y admiración.

Muchísimas gracias.

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