Mensaje del Presidente de la República, Juan Manuel Santos, a los colombianos en el exterior con ocasión de la celebración de los 207 años de la Independencia de Colombia

Bogotá D.C., 20 de julio de 2017

Queridos compatriotas en el mundo y amigos que acompañan nuestra celebración patria:

El año pasado, en este mensaje que envío cada 20 de julio, mencioné que habíamos acordado con las FARC el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, y el procedimiento para la dejación de sus armas.

Hoy – para alegría de todos los colombianos– ese anuncio se convirtió en una realidad definitiva e irreversible que nos llena de esperanza y de fe en el futuro.

No solo se respetó el cese al fuego –que significa que se ha evitado la muerte de miles de compatriotas–, sino que logramos lo que por mucho tiempo consideramos imposible.

Firmamos un nuevo acuerdo de paz –que recogió y aclaró inquietudes manifestadas en el plebiscito–; comenzamos su implementación, y hace apenas un mes la guerrilla entregó sus armas a las manos confiables de las Naciones Unidas.

A la comunidad internacional –las organizaciones y los países amigos que nos acompañaron–, ¡muchas gracias por su apoyo!

Hoy somos –sin exageración– un nuevo país: un país que sigue teniendo problemas de seguridad, de desigualdad, de desarrollo, como muchos otros, pero que ya no carga el lastre –el lastre pesado– pesadísimo, de una guerra interna que solo dejó dolor y atraso.

Ahora nos toca a todos levantar la bandera tricolor, dejar a un lado las rencillas y las mezquindades, y unirnos para construir –sobre los cimientos sólidos de la paz– la nación que siempre soñamos.

Una nación donde las oportunidades alcancen a todos: en las ciudades, en los pueblos y en las veredas más remotas, allí donde el Estado no podía llegar por causa de la violencia.

Hemos logrado mucho –a pesar del conflicto que sufríamos– y ahora podemos hacer mucho más para seguir reduciendo la pobreza y las desigualdades, y generando prosperidad.

Podemos ser un país donde se multiplique la inversión y, con ella, el empleo digno para todos; un país con más turismo, donde extranjeros y colombianos disfruten nuestro maravilloso territorio.

Un país donde nunca más, nunca más, nos matemos por nuestras ideas, y en el que todos empujemos en una sola dirección, que es la de la paz, el progreso y la justicia.

Esa Colombia ya está comenzando a hacerse realidad, y esa Colombia los espera –a nuestros queridos compatriotas en el exterior– cada vez que quieran visitarnos o regresar definitivamente.

Hace 207 años nos liberamos del dominio de un imperio. Hoy podemos decir que nos liberamos de la guerra y que, al hacerlo, desatamos algo más: todo nuestro potencial para ser la nación que sabemos que podemos ser.

¡Un feliz Día de la Independencia para todos!